Una avería del motor es, después de sufrir de un accidente al volante, el mayor temor al que un conductor se enfrenta en la carretera. Por lo general, antes de producirse una avería irreparable que nos impida seguir la marcha, el motor de nuestro coche nos va a enviar una serie de señales a modo de aviso, tratando de alertarnos de que algo no marcha como debería. Hoy queremos ayudaros a interpretar y conocer esas señales.
Señales de que el motor está fallando
La primera señal que debemos conocer, y que nos indica que algo no va bien con nuestro motor es el testigo del panel de control del vehículo. Si esa luz se enciende, no te precipites, puede deberse a múltiples factores (y no todos son catastróficos, aunque algunos pueden llegar a serlo).
Si te encuentras conduciendo y en mitad del camino se enciende la luz de testigo del motor, la decisión más prudente es detener la marcha y echar un vistazo al manual. Algunos modelos modernos de coche utilizan distintos colores para indicar el tipo de avería, lo que te permitirá dar una información más certera a tu taller de confianza.
Si, por el contrario, la luz se ha encendido y aún no habías iniciado la conducción, lo más prudente es que conduzcas hasta tu taller. Por el camino debes aprovechar para vigilar algunos comportamientos del vehículo que te permitirán saber si lo que sea que le pasa a tu motor es más o menos grave.
Tu coche te habla, escúchalo
Estos son algunos de los comportamientos extraños de nuestro coche que, de producirse, nos estarán queriendo decir que el motor está sufriendo. Los hemos recopilado para ayudarte a interpretarlos.
Humo negro, mala señal
Una gran nube de humo negro es, probablemente, la señal más evidente que puede mandarnos nuestro coche. Es el equivalente, en mecánica y el mundo del motor, a un grito de auxilio.
La causa de que nuestro coche empiece a expulsar grandes cantidades de humo negro puede deberse a una filtración de aceite en la cámara de combustión, lo que hace que este se consuma junto con el combustible.
También puede deberse a una gran acumulación de suciedad en las bujías o a una incorrecta proporción de la mezcla de aire y combustible que nuestro vehículo necesita.
Pérdida de potencia
Si observamos que nuestro coche pierde potencia de forma evidente o que le cuesta encarar una pendiente, aunque sea ligera, esto puede ser causa de un fallo en el sistema de inyección, que le proporciona al motor el combustible que necesita para acelerar.
En este caso, el problema puede que se encuentre en un taponamiento del filtro de combustible. Este filtro permite eliminar residuos, por lo que si está obstruido no realiza su función, el combustible se satura de residuos y la bomba de combustible acaba teniendo que realizar el doble de trabajo para impulsar el combustible, lo que repercute de manera directa en la potencia del motor.
Esto huele mal
Si a pesar de nuestro fantástico ambientador de pino natural canadiense, de pronto, notamos un fuerte olor en el interior del coche, adivinarás que esto tampoco es una buena señal.
Si el olor que nos viene es olor a combustible, puede que alguna de las mangueras de distribución tenga alguna pequeña fuga. Si es un olor a goma quemada entonces el origen de este estará en la correa de distribución.
El motor es la parte más importante de nuestro vehículo, por lo que es fundamental aprender a escucharlo, saber cuando nos habla y lo que nos está diciendo. Pero tranquilo, si tu coche pasa sus revisiones periódicas y llevas a cabo un adecuado mantenimiento no debes preocuparte. ¿Y tú, qué haces para cuidar de tu motor?