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Esta semana vamos a tratar uno de los temas más útiles a la hora de adquirir un coche nuevo: la garantía. Si vamos a adquirir un coche nuevo es importante estar al tanto de cuáles son nuestros derechos para evitar fraudes o cobros excesivos.
Muchas empresas y particulares utilizan la garantía como elemento promocional, pero ¿realmente sabemos qué es la garantía y cómo utilizarla? A continuación, algunas claves para saber más sobre el tema.
Diferencias entre la garantía y el seguro del coche
Los vehículos están tipificados por la ley como bienes de consumo, la consecuencia directa de esto es que el comprador está amparado por la Ley de Garantías, que tiene como objetivo principal respaldar al consumidor ante cualquier avería o defecto de fábrica durante los primeros años en los que se disfruta el objeto desde su compra.
En definitiva, la garantía es un compromiso del consumidor con el fabricante por el cual este último se compromete a responsabilizarse de los fallos originales del objeto garantizado.
Una póliza de seguro es un contrato que realiza el propietario de un vehículo con una compañía aseguradora con el objetivo de cubrir los posibles daños que el conductor ocasione en un accidente. Todos los coches están obligados a contratar un seguro básico y este puede ampliarse voluntariamente en función de la cobertura deseada. Por ejemplo, las aseguradoras cubren el valor del vehículo en caso de coche siniestrado.
Por otra parte, el consumidor no paga nada por la garantía: se trata de un derecho o un extra (dependiendo del tipo de garantía) gratuito. Esta es la principal diferencia con el seguro, que se paga periódicamente según lo acordado con la compañía aseguradora en función de las diferentes tarifas comerciales de cada aseguradora.
Otra diferencia es la obligatoriedad: todos los coches necesitan un seguro para circular, mientras que la garantía es un derecho que disfrutan todos los bienes de consumo. Si se trata de una garantía comercial esta no es obligatoria, sino un extra ofrecido por la empresa.
Tipos de garantía
Básicamente existen dos tipos de garantía (tanto para los vehículos como para el resto de bienes de consumo): la garantía legal y la garantía comercial.
La garantía legal
La garantía legal es aquella de la que disfrutan todos los productos, tiene una duración de dos años y a partir de los seis meses el fabricante puede solicitar al consumidor que demuestre que la avería procede de la fabricación del automóvil. Esta garantía es obligatoria y no puede verse alterada por ningún motivo.
Por ejemplo, si decides llevar tu coche a un taller que no sea el oficial el vendedor no puede anular la garantía legal.
La garantía comercial
La garantía comercial es una ampliación de la garantía legal que el vendedor ofrece como elemento extra. La ampliación puede darse en el tiempo (más de dos años de garantía) o en la cobertura.
Normalmente, la garantía comercial está sujeta a diferentes condiciones establecidas por el vendedor que conviene revisar antes de adquirir un coche nuevo.
Qué hacer en caso de expiración de la garantía
Si después de sufrir una avería o detectar un defecto en alguna pieza del coche comprobamos que ninguna de las garantías (legal o comercial) nos cubre el problema, ya sea por el tiempo o por las condiciones ¿qué solución podemos encontrar?
Una opción económica es buscar piezas de repuesto en desguaces autorizados. Las piezas de repuesto que pueden adquirirse en los desguaces también tienen su propia garantía y pueden adquirirse por un módico precio. Otra de las ventajas de comprar piezas de repuesto en desguaces es la comodidad de algunos establecimientos como los desguaces online.
Para solucionar otro tipo de averías también puedes acudir a talleres alternativos y de confianza, bastante más baratos que los talleres oficiales. Recuerda que la garantía legal del vehículo no quedará anulada si escoges esta opción.
